Valeria Varas Rojas es una antropóloga, diseñadora gráfica y escritora chilena, nacionalizada costarricense. Nació en 1951 en el desierto chileno, en un pueblo llamado María Elena en la región de Antofagasta, al norte del país. En Antofagasta estudió la primaria, además, cursó un año de secundaria en los Estados Unidos gracias a una beca. En Valparaíso inició sus estudios universitarios en diseño gráfico, hasta que se dio el golpe de estado en 1973.
Después, de la toma del poder a manos de Augusto Pinochet, la Escuela de Diseño en Valparaíso fue víctima de varias represiones. Valeria Varas fue presa política, estuvo detenida en los centros de tortura de la Academia de Guerra de Valparaíso, en el Banco Lebu y por último en el Cuartel Silva Palma, lugar del cual posteriormente fue liberada. Alrededor de 1975, huyó hacia Costa Rica, donde se casó y formó una familia.
Al llegar a Costa Rica, obtuvo una maestría en Antropología, disciplina que ejercerá a lo largo de su vida, enfocándose principalmente en investigaciones con mujeres indígenas. Trabajó por varios años en el Instituto Nacional de la Mujer (INAMU). Sin embargo, durante sus primeros años en el país, se dedicó a realizar trabajos de diseño de portadas y diagramación de libros con el Instituto Centroamericano de Administración Pública (ICAP) y la Editorial Universitaria Centroamericana (EDUCA). Además, diseñó afiches ad honorem, para la Confederación Universitaria Centroamericana (CSUCA) y ad honorem para organizaciones como la Asociación Centroamericana de Familiares de Detenidos-Desaparecidos (ACAFADE), relación que surge de su mutuo compromiso y empatía.
Los afiches y portadas realizados por Valeria, que se muestran en esta exposición, son ejemplo de su continua labor por la defensa de las libertades y de los derechos humanos. A partir de su propia experiencia, Valeria Varas se compromete y apoya la denuncia de las represiones y gobiernos de facto, de las que fueron víctimas, América Latina y específicamente Centroamérica, en la década de 1980. Varas destaca la importancia de las libertades, era consciente del dolor del pueblo, de los crímenes; por lo que se volvió fundamental dar visibilidad a las luchas centroamericanas, al combate contra la desaparición forzada de personas y la protección de la autonomía universitaria, semilla del pensamiento libre.
Valeria Zúñiga Brenes
Estudiante de Historia del Arte
Universidad de Costa Rica
Los diez afiches en exposición se enmarcan dentro de un momento doloroso, de fuerte opresión, pero parte de nuestra historia centroamericana: los conflictos armados en la década de 1980. Los afiches se centran en acontecimientos que ocurrieron en El Salvador y en Guatemala, destacándose el sentimiento de impotencia por los desaparecidos y asesinados.
Es así como la solidaridad, la esperanza y la empatía fueron valores que motivaron a la diseñadora gráfica Valeria Varas. El objetivo siempre fue hacer conciencia y visibilizar, dar voz a aquellos que no podían expresarse, pues no se hablaba de los sucesos de aquella época en los medios de comunicación tradicionales como radio, periódicos y televisión. Los afiches se divulgaron en espacios públicos, sobre todo en las universidades centroamericanas.
La realización de los afiches fue a mano, en cartones de presentación. Los colores que se utilizaron se obtenían con acetatos, empleando tinta china, pinceles y lápices. El color se empleaba con la intención de dar esperanza. La mayoría eran productos alemanes de alto costo, que fueron comprados por la misma artista de su patrimonio. Por la premura con la que debían salir los afiches, Varas recurrió a revistas y libros con imágenes de uso libre con las que formaba collages.
Las frases en los afiches hablan de temas y valores tan importantes de rescatar en esa época, como de recordar en nuestra actualidad: la justicia, la libertad, la cultura, la solidaridad y la autonomía universitaria.
Se pueden ver a diferentes personajes en estos afiches, como Félix Ulloa, rector de la Universidad de El Salvador, que por su militancia política fue asesinado en octubre de 1980, así como a Monseñor Oscar Arnulfo Romero, quien en las misas abogaba por la justicia social y por el pueblo salvadoreño. Defendía los derechos humanos y hacía un llamado a la paz durante los conflictos bélicos, lo cual le costó la vida el 24 de marzo de 1980, durante una misa dominical en la Capilla del Hospital la Divina Providencia.
El conjunto de los afiches comparte un tema importante: la libertad. La autonomía universitaria se recuerda también, sobre todo con el aniversario del Manifiesto de Córdoba (1918), documento que es fundamental para las universidades latinoamericanas, que caracteriza a la universidad como libre, crítica y en especial con un amplio sentido social.
Antú Quirós Durán
Estudiante de Historia del Arte
Universidad de Costa Rica
Guerras civiles, gobiernos militares y resistencia armada. Escenarios que describen la situación de muchos países latinoamericanos durante la segunda mitad del siglo XX. Realidades en las cuales sobresale la violencia, se vive con inseguridad y los derechos humanos se restringen más allá de los límites del estado de excepción.
Particularmente, en la década de 1980, Guatemala y El Salvador vieron a sus respectivos pueblos enfrentarse, bajo una polarización consecuente con la Guerra Fría. En este sentido, se dio una fuerte intervención externa de los países cercanos a cada bando de este mundo fragmentado.
La acción de los gobiernos tuvo repercusiones en las instituciones universitarias que fueron intervenidas por los militares. Tal fue el caso de la Universidad de El Salvador la cual fue tomada en 1972 y nuevamente en 1980, por un periodo más extenso. Esta acción, en detrimento de la autonomía universitaria, alertó a otros centros de enseñanza superior de la región que realizaron campañas de solidaridad, particularmente a través de la Confederación Universitaria Centroamericana (CSUCA).
Una de las expresiones de violencia comunes del autoritarismo latinoamericano fue la desaparición forzada de personas detenidas. Lo anterior, llevó a la conformación de organizaciones, la mayoría de familiares de desaparecidos, para exigir respuestas y justicia. Los sucesos de la década de 1980 condujeron, a las familias centroamericanas, a afiliarse a la ya existente Federación Latinoamericana de Asociaciones de Familiares de Detenidos-Desaparecidos (FEDEFAM) y a la creación de la Asociación Centroamericana de Familiares de Detenidos-Desaparecidos (ACAFADE). En esta década, también se instauró la conmemoración de la Semana Internacional del Detenido-Desaparecido.
Costa Rica, por encontrarse libre de conflictos militares, sirvió de sede para que el CSUCA, el Comité Mundial de Campaña, Matrícula de solidaridad internacional en la Universidad de El Salvador, el Instituto Cultural Costarricense Salvadoreño y ACAFADE ejercieran diversas formas de apoyo a los afectados. La difusión de los afiches elaborados por Valeria Varas fue uno de estos mecanismos. También, la Editorial Universitaria Centroamericana (EDUCA) pudo operar en este contexto, con la importante labor de publicar obras literarias y académicas que pretendían comprender y dar a conocer la situación histórica de la región desde el pensamiento libre y la cultura.
Luis Richmond Portuguez
Estudiante de Historia del Arte
Universidad de Costa Rica